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La conflictiva poesía mapurbe de David Aniñir

La conflictiva poesía mapurbe de David Aniñir
Alicia Edith Mella
David Aniñir, poeta mapurbe y obrero de la construcción, reside en la periferia de Santiago de Chile. En 1969 su madre María migra desde el sur a la capital, donde conoce a Pedro, el padre de nuestro poeta. Producto de la dictadura y los problemas económicos que lo aquejaban, el padre de David se ahorca con una manguera. La madre debe hacerse cargo de David y sus dos hermanos. Estas circunstancias socioeconómicas marcan la vida y la producción del poeta.
Aniñir reconoce el origen de su condición social y la necesidad de migrar de sus padres directamente en el avasallamiento ejercido por el Estado chileno y las transnacionales[1] sobre los territorios mapuches, especialmente los del sur. El escritor se hace parte de la tradición de lucha que caracteriza al pueblo mapuche y que tiene su expresión literaria en escritores como Elicura Chihuailaf, entre otros; pero no lo hace como ellos desde una poesía evocativa del pasado en el campo sino más bien desde una poesía de la acción, desde un sujeto plantado en el presente y en la ciudad. En este sentido David se considera un poeta mapurbe: un mapuche urbano que en sus poemas construye distintas figuras de mapuches urbanos como el Ciberlautaro o “María Juana la mapunky de la Pintana”. El ser poeta mapuche no implica escribir en mapuchezungún, que es una lengua eminentemente oral, como indica Silvia Mellado en “Lenguas kuñifal…”, sino que implica el sentirse mapuche.
David Aniñir no es un poeta mapuche que haya migrado él mismo del campo a la ciudad, sino que se considera a sí mismo como perteneciente a la primera generación de mapuches urbanos, nacidos en la ciudad. Aun así, la categoría de sujeto migrante que desarrolla Antonio Cornejo Polar, y sus estudios sobre la heterogeneidad cultural, pueden ser aplicables al análisis de los poemas de Aniñir. El sujeto migrante del que habla Antonio Cornejo Polar es un sujeto heterogéneo. Esta noción se contrapone con la homogeneidad del sujeto planteada en Occidente con más fuerza desde el siglo XIX. En América Latina la búsqueda de homogeneidad se traduce en la conformación de Estados nacionales que intentan imponer una identidad nacional a través de la lengua, la educación, símbolos patrios, etc. La noción de heterogeneidad, por otra parte, sirve para dar cuenta de las intersecciones en los procesos de producción de las literaturas entre dos o más universos socioculturales que entran en conflicto (año 1996).
En el caso de David Aniñir este conflicto entre dos culturas se expresa directamente en la denominación que él mismo ingenia: mapurbe, es decir, un mapuche urbano, un sujeto entre la cultura mapuche y la cultura occidental de la capital de Chile. Él mismo expresa lo siguiente en el poema “Mapurbe”:
Somos mapuche de hormigón
Debajo del asfalto duerme nuestra madre[2]
Explotada por un cabrón.

Nacimos en la mierdopolis por culpa del buitre cantor
Nacimos en panaderías para que nos coma la maldición

Somos hijos de lavanderas, panaderos, feriantes y ambulantes
Somos de los que quedamos en pocas partes

El mercado de la mano de obra
Obra nuestras vidas
Y nos cobra

Madre, vieja mapuche, exiliada de la historia
Hija de mi pueblo amable
Desde el sur llegaste a parirnos
Un circuito eléctrico rajó tu vientre
Y así nacimos gritándoles a los miserables
Marri chi weu!!!!
En lenguaje lactante.

            En el poema citado se observa la condición de kuñifal[3] del hablante poético. A pesar de que afirma que los de su generación nacieron gritando “Marri chi weu”, la realidad es que los mapuches citadinos como David Aniñir no “maman” la lengua materna. La lengua mapuche aparece como una lengua borrada, que muchos intentan recuperar ya en su adultez, como en el caso del poeta estudiado o como en el caso de Liliana Ancalao. El hablante poético también hace referencia al viaje migratorio que realiza su madre desde el sur a la capital y en este sentido, aunque el hablante poético no sea un sujeto que haya emigrado sino un sujeto urbano y citadino, también es un werkén, un mensajero que se erige como voz colectiva que da a conocer la historia del pueblo mapuche, un mensajero que le habla a otras comunidades sobre su propia comunidad o un mensajero que transita entre dos culturas.
Por su parte Cornejo Polar propone la categoría de sujeto migrante como aquel que interioriza elementos de dos culturas en pugna sin llegar a una síntesis. Es un sujeto siempre oscilante entre dos maneras de concebir el mundo. Es inestable, crítico, contradictorio, conflictivo. El sujeto migrante construye su discurso entre un aquí y ahora, y un allá en el pasado, de manera irreconciliable, no dialéctica sino dialógica. Se diferencia, además, del sujeto viajero ya que este posee un punto de partida y uno de llegada, siempre sabe que volverá a su hogar; en cambio el sujeto migrante está en constante movimiento, en constante mutación de su lengua, de su identidad, como plantea Iain Chambers (1994:19).
Un poema donde se puede ver el claro cuestionamiento a la sociedad occidental y sus instituciones es “Salmo 1997”, donde el hablante poético hace una dura crítica a la Iglesia, institución occidental y cómplice de la violencia de la invasión española en América Latina. Parodia el Padre Nuestro, pero también crítica a la “Conquista” de América y al actual sistema imperialista y de explotación:
No nos dejes caer en esta invasión
Y más líbranos del explotador.
 Lo hace utilizando un tono irónico y entrecruzando palabras en inglés, el idioma del imperialismo:
En el nombre del padre soltero
Del hijo huérfano
And the saint spirit.
                 (Q.E.P.D.)
 En este aspecto se puede observar que en la heterogeneidad de la poesía de David Aniñir, él reconoce las categorías de explotado/explotador como válidas sin negar la especificidad de la situación mapuche. Esto se relaciona también con la problemática de centro/periferia ya que a pesar de que el mapuche urbano sea parte del centro estando incluso en la capital de Chile, al mismo tiempo no está en “el centro del centro” sino en la periferia, en los barrios bajos, sufriendo aún la desigualdad del sistema capitalista y xenófobo, como ocurre con la vida del propio David Aniñir. Cárcamo-Huechante (2012:38), en un artículo de Silvia Mellado donde recupera sus palabras (2014:3), afirma: “se reinstala en la ciudad la figura del otro ahora escritor”. Esto recuerda al concepto-metáfora de Caliban que desarrolla Roberto Fernández Retamar en su ensayo Todo Caliban, al hacer del salvaje e incivilizado Caliban el símbolo de América Latina, ya  que éste aprende a injuriar utilizando la lengua del invasor de su isla, el mago Próspero. De la misma manera el mapuche urbano utiliza la lengua de Castilla para denunciar su invasión en los territorios mapuches.
La condición de mapuche urbano y su exclusión de la ciudad también se puede rastrear a lo largo del poema “I.N.E. (Indio No Estandarizado)”, del libro Autroretraxto. que hace referencia al organismo de estadísticas de Chile (en Argentina se denomina INDEC), donde es enumerada una gran cantidad de nombres despectivos que utiliza la sociedad occidentalizada para con el pueblo mapuche, y donde el hablante poético se autoafirma en su identidad mapuche. Comienza parodiando el lenguaje de la burocracia del Estado, como se puede ver en el siguiente fragmento:
Según el Censo de población y vivienda realizado en Chile
Usted se considera:
Flojo
Hediondo
Borracho
Piojento
Malas pulgas
Aborigen
El poema termina con el hablante poético dirigiéndose hacia esa burocracia estatal, acusándola de racista:
Acepciones nunca consultadas a boca mapuche,
Qué otro descalificativo más te queda por nombrar
Racista Fuck Triñuke…
Que te quede claro,
Demórate un poco más y dí Mapuche,
La boca te quedará ahí mismo.
En el poema se deja ver una de las problemáticas del mapuche urbano: si bien habita en la ciudad sigue sufriendo discriminación por su condición mapuche, no logra encajar completamente. Al mismo tiempo el hablante poético asume una voz colectiva, habla en nombre de todos los mapuches.
En el poema “Autoretraxto”, del libro que lleva su nombre, podemos leer un diálogo que el hablante poético mantiene consigo mismo. Es  un poema autorreferencial, autobiográfico, donde David se cuestiona su identidad atravesada por sus problemas con la droga, su cuestionada vocación de poeta:
“Déjate de consumir David
Déjate de consumir tanta cacaína
“Dejate de poesías, plagiador
Todos saben que tus poewmas
Son del imaginario mapuche”
También su necesidad de trabajar como obrero de la construcción para sobrevivir, y su identidad como mapuche de barrio urbano son cuestionadas, es estigmatizado por usar las redes sociales, entre otras cosas:
“Y por favor déjate de andar ponceando en Facebook
Andai puro facebuceandoooooo!!!”
 “Autoretraxto” es el autorretrato de un sujeto migrante, en conflicto consigo mismo y con las culturas que lo habitan. Mezcla el poema en español con expresiones coloquiales chilenas y expresiones en inglés, además de crear neologismos como cacaína y poewmas. Escribe adrede con errores de ortografía, como forma de provocación contra la institución literaria y el buen decir. Forma parte de lo que Julio Prieto denomina las “malas escrituras” en su artículo “Vanguardia y ‘mala literatura’: de Macedonio a César Aira”. El hablante poético que construye David Aniñir es un otro que no encaja en tanto que es un obrero y un mapuche que escribe, en oposición a los intelectuales académicos –en este punto se diferencia de Arguedas que pertenecía al ámbito universitario y académico-; pero además no es el obrero que se espera que sea y no es el mapuche que se espera que sea. Rompe con todos los modelos .
La poesía mapurbe se caracteriza por utilizar un lenguaje coloquial, urbano, marginal (conocido como flaite en Chile) que mezcla con palabras en mapuchezungún y expresiones en inglés. Aniñir también posee poemas escritos totalmente en lengua mapuche como “Yeyipun” pero en general se desenvuelve en español. El hecho de hablar en castellano, que es la lengua de los privilegios y de los invasores españoles, es decir la lengua que permite acceder al trabajo y la educación en Chile, da cuenta del cruce conflictivo entre varias culturas especialmente la mapuche y la occidental de un mundo altamente globalizado[4]. Esta carencia de la lengua materna, es decir, el mapuchezungún, hace de los poetas como Aniñir, kuñifales, huérfanos. Como afirma Silvia Mellado: “La extraterritorialidad del kuñifal radica en que el poeta busca, mediante estrategias, el bilingüismo desde un desarraigo de la lengua que debiera ser la materna” (2014:3).
Por último, otra característica de la poesía de Aniñir es que  hace uso constante de la ironía y el humor, de frases ácidas y hasta un tanto agresivas como recursos para hacer denuncias sociales, en concordancia con lo que podríamos denominar como su función de “werkén electrónico”, de mensajero, encargado de llevar un recado de una cultura a la otra.
            Recapitulando, los elementos más representativos que caracterizan la poética de David Aniñir son: un hablante poético que se define como mapuche urbano, personajes que son mapuches urbanos, utilización de la lengua española con incorporación de palabras en mapuchezungún, coloquialismo, humor, parodia, ironía, una “mala” escritura con errores adrede, creación de neologismos. Los temas más recurrentes en la poesía mapurbe de Aniñir son: la migración mapuche del campo a la ciudad, la Conquista y el actual imperialismo encarnado en las transnacionales, lo urbano y el Estado, entre otros. Todos estos elementos permiten caracterizar a la poesía mapurbe como una poesía de un sujeto migrante y heterogéneo, como una poesía incómoda, conflictiva, inscripta en la literatura latinoamericana y en la historia de América Latina, que es una historia de conflictos, de identidades fracturadas, siempre deviniendo, incluso sin enmarcarlo en teorías posmodernas y posestructuralistas. La poesía mapurbe es actual y a la vez trae en ella la historia, es social y a la vez trae en ella los conflictos internos de un sujeto migrante y heterogéneo.





[1] Un artículo publicado en www.mapuexpress.net, del 28 de mayo del 2008, se titula “Conflicto Hidroeléctrico en territorio mapuche: Organizaciones denuncian a Transnacional Noruega SN Power por Contaminación social” dice: “¿Dónde está el Estado de Chile en esto o nuevamente será un conflicto entre “particulares”  […] ¿SN Power seguirá el camino de otros grupos económicos de poder fáctico en Chile que han causado daños y contaminación social irreparable?”. En www.sancarlosonline.bligoo.cl, el 27 de septiembre de 2010, el Lonco Domingo Marileo expresó: “La invasión de las forestales y transnacionales con total apoyo del gobierno chileno en el territorio mapuche, ha originado este conflicto. […] Las transnacionales nos han invadido por todos lados, por la cordillera las hidroeléctricas, se han adueñado de las termas, de los lagos, en el valle central las carreteras, los vertederos y estamos rodeados de bosques de pinos. Esta es reconversión de la agricultura que se hizo, de una zona de granos hoy todo es forestal. Las forestales han hecho un tremendo daño al territorio mapuche”.
[2] Las negritas aparecen en el original.
[3] Palabra en mapuchezungún que se traduce por huérfano en español.
[4] Globalizado en términos de sistema capitalista imperialista, y de medios de comunicación masivos, pero no en términos de igualdad de oportunidades. Podríamos hablar también de una pobreza globalizada, como señala Andrea Echeverría en “David Aniñir: poesía y memoria mapurbe”.

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