Qué grande soy. Empecé primer grado y ya sé dibujar y ya sé
escribir mi nombre y mi apellido. El primer día la seño nos pidió que
dibujáramos a nuestra familia. Yo lo dibujé a mi papá más grande, a mi mamá más
bajita y a mí grande, porque ya soy grande, y entiendo muchas cosas que los
nenes de jardín no saben.
La seño nos pide fotos de nuestras familias para pegarlas al
lado de los dibujos. Ahí me mira, mira a mis papás, me mira a mí. No entiendo
por qué pone esa cara, con ojos grandes. Yo pienso que nos vemos lindos.
-La seño me pide una foto donde esté yo de bebé. -le digo a
mi mamá. Mi mamá pone los ojos igual de grandes que la seño. ¿Qué significa esa
cara? Mamá dice que no tiene fotos mías de cuando yo era bebé, que se quemaron
en un incendio. Yo me pongo triste. Mi mamá me dice que no piense en esas
cosas.
A escondidas un día me puse a revolver las cajas de los
grandes, no podía ser que no haya fotos mías de bebé. ¿Seré adoptada? Ya soy
grande para saber ciertas cosas. Los adultos muchas veces piensan que somos
tontos, que no nos damos cuenta. Ya sé que cuando un grande abre grandes los
ojos es porque tiene un secreto que quiere escaparse de ahí adentro.
Menos mi papá, que cuando llega de su trabajo, se saca el
uniforme militar pero los ojos grandes y saltones no se los saca nunca.
Solamente cuando duerme, duerme como un angelito.
Ayer le dije a la seño que yo creo que soy adoptada. Abrí
los ojos grandes y la seño también. –Este va a ser nuestro secreto- me dijo –
Yo te voy a ayudar. Algunos grandes guardan secretos pero otros queremos que
todo se sepa.
Así con la ayuda de mi seño descubrí el secreto de mis
padres y descubrí que no sabía escribir ni mi nombre ni mi apellido. Tengo que
aprender todo de nuevo.
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